
En la locura de la vida moderna, con notificaciones que no paran y mil cosas que hacer, ¿verdad que a veces sientes que la paz es imposible? Si eres profesional o madre, o las dos (como yo), sabes de sobra lo que es vivir en un mar de responsabilidades. Pero, Pero, ¿y si te contara que el bienestar emocional y el autocuidado no son un lujo, sino una necesidad que podemos aprender a cultivar en medio de todo este caos?
Desde el estrés de la pandemia hasta la presión sin fin en los estudios, estamos en una época que nos pide mucho. Pero, justo en medio de todo ese ajetreo, hay una gran oportunidad: la de pararnos, pensar y cuidar nuestro bienestar emocional. Este artículo te invita a descubrir formas, tanto personales como más generales, de conseguirlo, convirtiendo los problemas en pasos hacia una vida más feliz y consciente.
El ruido constante: La urgencia de encontrar el silencio interior
Nuestra sociedad nos empuja a estar siempre haciendo algo. Vivimos con mil cosas a la vez, y parar parece una pérdida de tiempo, ¿verdad? Pero, como dice la psicóloga Virginia Gawel, precisamente parar es lo primero para volver a conectar contigo. Ella, inspirada en sabidurías antiguas como la Filosofía Perenne y la Psicología Transpersonal, nos comparte cinco consejos fáciles para encontrar esa calma interna que tanto anhelamos:
Crea tu rincón de paz: No hace falta irte al Himalaya. Puede ser un rinconcito en casa, un rato en el parque o incluso tu coche antes de entrar a trabajar. Lo clave es que sea un sitio donde te dejes simplemente estar, sin que nadie te moleste ni nada te distraiga.
El “¡STOP!” mental: ¿Te has pillado alguna vez yendo en piloto automático? Reaccionando sin pensar, tragando información sin asimilarla. Gawel nos anima a hacer un “¡STOP!” consciente. Una pausa para ver tus costumbres, tus reacciones rápidas y esos pensamientos que siempre vuelven. Mirarlos así, sin juzgarte, es el principio para sentirte libre.
Despierta tus sentidos: Nos acostumbramos tanto a lo de siempre que dejamos de ver, oír o sentir de verdad. Tómate unos minutos para escuchar la lluvia, fijarte en los detalles de una flor o sentir cómo te queda la ropa. Hacer esto nos trae al presente y nos saca de ese lío de pensamientos.
Aprecia lo cotidiano: Lo increíble está en el día a día. Tu café de la mañana, la risa de tu hijo, el aire fresco en tu cara. Cuando abrimos la mente para no dar por sentada la vida, encontramos la belleza y la gratitud en lo más sencillo.
Solo Sé: Más allá de cualquier técnica, la idea es simplemente ser. Siente tu respiración, la presencia de tu cuerpo, sin tener que hacer ni conseguir nada. Es como un descanso muy profundo para el alma.
Estas prácticas no solo te ayudarán a reducir el estrés, sino que también te darán una visión más clara para afrontar cualquier reto.
La educación en la encrucijada: Un llamado a la educación emocional
La pandemia de COVID-19 golpeó muy fuerte a la comunidad educativa. Gabriel Cataldo nos cuenta cómo profes, alumnos y familias se vieron arrastrados por una ola de estrés, presión y ansiedad. De repente, las clases se fueron a casa, y la línea entre tu vida y tu trabajo se volvió borrosa.

Esa crisis sacó a la luz un fallo muy importante en nuestra educación: nos faltaban habilidades socioemocionales fuertes en el temario. ¿Cómo vamos a pedirles a los alumnos que controlen sus emociones si los profes no tienen cómo controlar las suyas?
El Dr. Andrés Cabezas Corcione, experto en Psicología Positiva, nos avisa: los profesionales de la salud y la educación son súper propensos a sufrir mucho estrés, ansiedad y depresión. Lo triste es que, en lugares como Chile, se invierte menos del dos por ciento del presupuesto de salud en salud mental, lo que carga una responsabilidad inmensa sobre los colegios.
Por eso es tan vital la educación emocional constante y aprender habilidades socioemocionales. No es un extra; es la base para que toda la comunidad educativa esté bien. Y en el corazón de todo esto, el autocuidado de los profes es un pilar básico. Como dice José Carlos Vázquez Parra, profesor-investigador del Tecnológico de Monterrey, un profe que se siente bien es el primer paso, y el más importante, para que los alumnos también lo estén. Un maestro cansado y agobiado difícilmente va a inspirar o a cuidar las emociones de sus estudiantes.
Cultivando la resiliencia: La poderosa mentalidad de crecimiento
Cuando aparecen las dificultades, lo normal es sentir frustración o desánimo. Pero la Dra. Carol Dweck, después de investigar durante veinte años, nos trae una herramienta muy potente: la “mentalidad de crecimiento”. Esta forma de pensar parte de la idea de que nuestras capacidades no son algo fijo, sino que podemos desarrollarlas y mejorarlas con esfuerzo, disciplina y buscando siempre nuevas estrategias o ayuda.

Piensa en lo que pasó después de la pandemia. Todo cambió: las exigencias, cómo trabajábamos, las relaciones en casa. En vez de ver esos cambios como muros imposibles, la mentalidad de crecimiento nos ayuda a verlos como oportunidades. ¿Oportunidad para qué? Para aprender cosas nuevas con la tecnología, para hablar mejor con nuestros hijos, para adaptarnos y, al final, para crecer. Es esa voz que nos dice: “todavía no domino esto, pero puedo aprender a hacerlo”.
Autocuidado activo: Un pilar para el bienestar sostenible
Cuidarte no es ser egoísta; es una estrategia para sobrevivir, sobre todo si siempre estás cuidando de los demás. Para profesionales y educadores, es como un escudo imprescindible.
¿Cómo podemos poner en práctica un autocuidado que de verdad funcione y que podamos mantener?
Moverte con regularidad: Andrés Cabezas nos dice que la actividad física es el 30% de nuestro bienestar total. No pienses en correr un maratón, sino en encontrar algo que te guste: caminar, bailar, nadar, hacer yoga. Muévete, libera tensiones, mejora tu humor y recarga tus pilas.
Tu tiempo libre y tus amigos: Desconectar es súper importante. Dedica tiempo a esos hobbies que te encantan y a cultivar tus relaciones más importantes. Un buen café con una amiga, una tarde leyendo o simplemente escuchar tu música favorita son como un bálsamo para el alma.
Agradece lo Pequeño: Tomarse un instante cada día para reconocer y dar las gracias por las cosas buenas, por insignificantes que parezcan, cambia nuestra forma de ver la vida. Nos ayuda a fijarnos en lo que tenemos, en vez de en lo que nos falta.
Reflexiona en tus descansos: Las vacaciones o los ratos de descanso no son solo para “no hacer nada”. Son momentos valiosos para pensar a fondo en lo que has vivido. Esto nos ayuda a asimilar cambios, dejar ir lo que ya no nos suma, procesar penas o frustraciones y, por fin, “recargar pilas” de verdad para lo que venga.

Hacia un nuevo paradigma: La revalorización de las habilidades blandas
La pandemia no solo nos trajo problemas, también aceleró un gran cambio. Hoy, más que nunca, damos valor a habilidades que antes parecían “secundarias”: la empatía, la ética, cómo convivir y el cuidado emocional.
Estas “habilidades blandas” se han vuelto clave para enfrentar un futuro que no sabemos cómo será. Son las que nos permiten colaborar, crear cosas nuevas, arreglar conflictos sin peleas y construir comunidades más fuertes. Ya no se trata solo de saber cosas técnicas, sino de ser más humanos, estar conectados y sentir compasión.
Este giro pide un cambio de rumbo en cómo educamos y cómo lideramos en el trabajo. Es una invitación a alimentar no solo la mente, sino también el corazón y el espíritu, preparando a los colegios y a nosotros mismos para un mundo que necesita que seamos adaptables, inteligentes emocionalmente y que estemos muy conectados con nuestro propio bienestar.
Un paso hacia adelante
La vida llena de prisas no se va a ir, pero la forma en que la vivimos sí puede cambiar por completo. Si le damos prioridad al silencio interno, cultivamos una mentalidad de crecimiento y nos comprometemos de verdad con nuestro autocuidado, no solo mejoraremos nuestra vida, sino que también inspiraremos y daremos herramientas a los que nos rodean, sobre todo a las nuevas generaciones, para que afronten el futuro con fuerza y serenidad.
¿Cuál de estas ideas vas a empezar a poner en práctica hoy? Recuerda, el camino hacia el bienestar es como una maratón, no una carrera corta. Cada pequeña pausa, cada vez que piensas y cada cosa que haces para cuidarte, cuenta. ¡Regálate un momento para ti!